jueves, 25 de abril de 2013

La fe individual-reflexiva (juventud adulta)
Conforme va desarrollando su identidad y sus decisiones entran en conflicto con el ambiente que lo rodea, el joven empieza a diferenciarse de las demás personas y del sistema de valores de otros. Con esta autonomía inicial desarrolla sus propios valores, creencias y convicciones.
Un individuo entra a esta etapa cuando asume la responsabilidad de sus propias acciones, actitudes y valores, y, así, es como consigue desarrollar una fe de primera mano. Se trata de una fe individual, pues hablamos de una fe propia, que el mismo individuo ha alcanzado a construir.
También es pensada como una fe reflexiva en el sentido de que la persona que pasa de la etapa anterior a esta ha tomado tiempo para reflexionar acerca de lo que real y personalmente cree. De esta manera logra abrirse a una reflexión crítica de los valores y las creencias que hasta ahora lo han acompañado.Conforme va desarrollando su identidad sus decisiones entran en conflicto con el ambiente que lo rodea. En cuanto a la manera en que percibe a Dios, empieza a concebirlo de una forma más abstracta; no tanto como un consejero personal, sino como un espíritu que encarna verdades morales
La fe conjuntiva (media vida)
En esta etapa el individuo reconoce pensamientos, impulsos, sentimientos y memorias que ha reprimidos previamente. En el proceso de aceptarlos reconoce las influencias paternas, sociales, étnicas y religiosas que de alguna manera han afectado a su desarrollo.
En el estadio anterior el individuo aprende a fijar los límites que lo distinguen a él mismo como diferente de su mundo. En este, la fe es conjuntiva, en el sentido de que es más amplia y permite la existencia de contradicciones y de ironías, sean reales o aparentes. Esto se debe a que el concepto de absoluto, aunque pueda parecer una paradoja, se relativiza.

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